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Sierra Morena de Sevilla

I. LOCALIZACIÓN

Al norte de la provincia de Sevilla se encuentran los últimos estribos de Sierra Morena, en el que se enmarca el Paraje Natural de la Sierra Norte. Esta demarcación paisajística se caracteriza por su alto grado de antropización. En ella hayamos extensas dehesas a mediana altura (Fernández-Baca y Fernández Cacho 2010: 501), resultado de combinar el medio rural con las necesidades culturales y sociales de las comunidades que han habitado y explotado estas tierras.

Sus límites geográficos vienen determinados al norte por la serranía sur de la provincia de Badajoz, y en su extremo meridional por la Vega del Guadalquivir. Asimismo, el río Viar discurre por el límite occidental como linde con la Sierra de Aracena (Huelva). En la zona occidental Sierra Morena continua su paso por la provincia de Córdoba.

La población de la Sierra Morena de Sevilla se concentra en pequeños núcleos rurales entre los que destacan Cazalla, Constatina y el Real de la Jara (Zoido y Rodríguez 2015).

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Mapa de localización de la Sierra Morena de Sevilla. Fuente: Elaboración Propia

II. Características del medio físico

El espacio geográfico

El paisaje de Sierra Morena de Sevilla se caracteriza por terrenos agrestes de media montaña, con suaves colinas, valles abiertos y amplias dehesas que constituyen el elemento más identificativo. Con altitudes comprendidas entre los 400 y 800 metros, las elevaciones menores se sitúan en la zona sur, donde entra en contacto con la Vega del Guadalquivir y se encuentran la Sierra de la Cruz y la Sierra Traviesa. En las zonas central y norte, donde fácilmente se superan los 600 m de altura, se ubican -entre otras- la Sierra del Pedroso, la Sierra del Agua y la Sierra del Molino (Fernández-Baca y Fernández Cacho 2010: 502). Esta reducida altitud se debe a la antigüedad, los procesos erosivos y la propia litología que hayamos en la demarcación, compuesta mayormente por pizarras, calizas y areniscas, además de rocas plutónicas en la vertiente sur (Zoido y Rodríguez 2015: 234).

La Sierra Norte de Sevilla cuenta con distintas figuras de protección dados sus valores paisajísticos, ambientales y patrimoniales. Por este motivo, algunos espacios han sido declarados por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, como es el caso de las “Dehesas de Sierra Morena”. Además, aparecen dos monumentos naturales como son las Cascadas del Huesna y el cerro del Hierro.

Dehesa de la Sierra Morena de Sevilla. Fuente: https://www.entreveredas.es/wp-content/uploads/2019/03/slide.jpg

 

Factores climáticos

En esta parte de Sierra Morena se mantienen unas condiciones climáticas parecidas a las de las provincias de Jaén y Córdoba. Se trata de un clima mediterráneo suave, con inviernos relativamente fríos y veranos calurosos, pero en menor grado que los de la Vega y zona de Campiña. Según la AEMET la temperatura media se sitúa alrededor de los 13-15ºC, observándose oscilaciones entre el norte y el sur, ya que las temperaturas más elevadas se registran siempre en la franja meridional. En cuanto a la insolación media, se recogen unas 2.800 horas de sol por año, número compartido por prácticamente la totalidad del sur peninsular.

En relación a la pluviometría encontramos algunos contrastes; en los municipios situados al norte como Constantina, Cazalla de la Sierra o Alanís, se llegan a recoger 1000 mm, mientras que en las regiones situadas al sur, próximas a la Vega, no suelen rebasarse los 500-600 mm por anualidad.


 

Hidrología

El río Guadalquivir se configura como el límite meridional de la Sierra Morena de Sevilla. A él van a morir diferentes afluentes que atraviesan la demarcación. En la zona occidental se extienden el río Retortillo y el arroyo Guabalbarcal. Al otro lado, por el flanco oriental, transcurren el río Huéznar por los municipios sevillanos de Cazalla de la Sierra, Constantina y El Pedroso, y el río Viar, el cual nace en la Sierra de Tentudía (Badajoz).

Embalse de Los Melonares. Fuente: https://www.sando.com/es/portfolio-item/presa-de-melonares/

Como es habitual, a lo largo de sus cauces se han creado varios pantanos, como el de Los Melonares, sobre el río Viar. Este pantano alcanza las 1.460 hectáreas y contiene la mayor cantidad de agua embalsada de la demarcación, en concreto, 125 hm3. El embalse del Pintado se extiende también a lo largo del mismo río, aunque con una capacidad y una superficie más reducida. Otro de los embalses de la Sierra Morena sevillana es el del Huéznar, entre los municipios de Constantina y El Pedroso, con una superficie de 738 hectáreas y una capacidad de 61 hm3.

Vegetación y flora

En la Sierra Morena de Sevilla existen bosques esclerófilos mediterráneos compuestos por encinares y alcornocales, así como bosques de quejigos y robles en las zonas más húmedas. Del mismo modo, en las inmediaciones de los afluentes del río Guadalquivir aparece vegetación propia de las riberas, como el tamujo, el fresno, el sauce y el álamo. Entre las especies más singulares están el palmito, una pequeña palmera ibérica, y el acebuche u olivo silvestre.

Pese a todo, el proceso de transformación sufrido en estos bosques por la fuerte antropización es más que evidente, por lo que a veces quedan relegados a zonas con pendientes aisladas. Los matorrales y arbustos (madroños, lentiscos, jaras, brezos, cantuesos) aparecen repartidos de forma más uniforme por el territorio, entre los que suelen crecer acebuches (Zoido y Rodríguez 2015: 234).


 

Fauna

La riqueza faunística de la Sierra Morena de Sevilla impresiona al visitante. En la dehesa, además de animales propios de la ganadería, existen especies cinegéticas como ciervos y jabalíes que aprovechan el alimento del ganado, especialmente las bellotas. Se constata también la presencia de ratones, topos, lirones, caretos, ginetas, conejos y zorros.

Asimismo, se registran diversos tipos de aves como la paloma torcaz, el rabilargo, las tórtolas o las abubilla. Una de las más características es la cigüeña negra, presente también en las sierras cordobesas y jienenses.

En los ríos abundan la trucha común, la colmilleja, la boga y, sobre todo, la carpa y el barbo, así como el percasol en los embalses. En cuanto a los anfibios cabe mencionar el tritón, la rana y la salamandra. De igual manera, se documentan algunos mamíferos acuáticos como la nutria (Consejería de Turismo, Comercio y Deporte 2008).

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III. Características socioeconómicas

Demografía

Los municipios de la Sierra suelen albergar poblaciones de pequeño tamaño, aunque existen dos claras cabeceras comarcales: Cazalla y Constantina, cuyo volumen poblacional supera los 4.000 habitantes (Fernández-Baca y Fernández Cacho 2010: 501). En el caso de Constantina, la regresión demográfica experimentada ha sido muy notoria: de los 13.000 habitantes que llegaron a estar censados en los años 50 del siglo pasado, se pasó a 5.864 en el año 2021.

El resto de núcleos rurales se sitúan en los pasillos naturales que se abren en la serranía y cuentan con un número de población muy reducido. En la zona septentrional rara vez se superan los 2.000 habitantes, como ocurre en Guadalcanal, Alanís o San Nicolás del Puerto. Además, destacan las construcciones dispersas tipo cortijo o hacienda, vinculadas a las actividades agrícolas y ganaderas (Zoido y Rodríguez 2015: 234).

Principales actividades económicas

En la mayoría de las demarcaciones paisajísticas de los valles alto y medio del Guadalquivir, la agricultura es uno de los principales motores de la actividad económica. En el caso de la Sierra Morena sevillana, por contra, el medio físico limita la existencia de cultivos agrícolas extensivos y solo un 10% del territorio es utilizado con dicho fin, si bien existen hectáreas cultivadas para el autoconsumo, donde crecen cereales, viñedos, olivares y plantas frutales. En el caso de las plantaciones olivareras, sobresalen pequeñas propiedades dedicadas a la extracción de aceite en los municipios de Cazalla y Constantina (Silva y Ojeda 2001).

La explotación silvipecuaria de la dehesa es la actividad más fructífera de la demarcación. Los ganados ovino, porcino y caprino son los que más presencia tienen, si bien este último ha sufrido un importante descenso desde principios del siglo pasado (Zamora y Ortuño 2003: 257). De igual forma, en la dehesa se obtienen materiales naturales como la leña, el corcho, el carbón vegetal, así como productos empleados en gastronomía como hongos y plantas aromáticas (Fernández-Baca y Fernández Cacho 2010: 503). Destacan, a su vez, algunas industrias agroalimentarias dedicadas a la elaboración de anises y licores como el aguardiente; la repostería tradicional; o las chacinas y otros derivados del cerdo y el venado procedentes de las dehesas.

Ganado porcino en la dehesa. Fuente: https://naturalezayviajes.com/parque-natural-sierra-norte-de-sevilla/

En el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla se realizan otro tipo de actividades que también dinamizan las economías locales, como la caza -mayor y menor- y la pesca (Consejería de Turismo, Comercio y Deporte 2008: 52).

Asimismo, el turismo rural ha aterrizado en esta serranía y ha favorecido la creación de multitud de infraestructuras turísticas, como villas, merenderos y senderos, repercutiendo al mismo tiempo en el sector de la construcción (Fernández-Baca y Fernández Cacho 2010: 503).

Profesiones tradicionales

El aprovechamiento de los recursos mineros fue la base de la economía de buena parte de la comarca desde época romana hasta su internacionalización en el siglo XIX. Fue entonces cuando miles de mineros trabajaron en las explotaciones de carbón de Villanueva del Río y Minas o en las de hierro en la zona de El Pedroso (Fernández-Baca y Fernández Cacho 2010: 507 - 508).

Hoy, a duras penas, algunos corcheros mantienen viva en estas tierras una tradición con siglos de historia, especialmente extendida en los alcornocales de la Sierra Norte. Diferentes profesionales (capataces, recortadores, recogedores) se encargan de extraer la capa externa del tronco sin dañarla, para después transportarla en burros o mulas.

Arriero trasladando el corcho por la Sierra Norte de Sevilla. Fuente: https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-centenario-oficio-saca-corcho-montes-sevillanos-201906290841_noticia.html

  IV. BIBLIOGRAFÍA

  • ACOSTA NARANJO, R. (2005): “La cultura de la dehesa”. En RODRÍGUEZ BECERRA, S. (Coord.): Proyecto Andalucía. Antropología, Tomo XI. Sevilla: Publicaciones comunitarias, pp. 209-246.

  • CONSEJERÍA DE TURISMO, COMERCIO Y DEPORTE (2008). Guía del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla y su entorno, Junta de Andalucía, Sevilla.

  • FERNÁNDEZ-BACA CASARES, R. y FERNÁNDEZ CACHO, S. (2010): Paisajes y patrimonio cultural en Andalucía: tiempo, usos e imágenes, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla.

  • SILVIA PÉREZ, R. y OJEDA RIVERA, J. F. (2001): “La Sierra Morena sevillana, a la sombra de la urbe y el mercado”. Ería: Revista cuatrimestral de geografía, nº 56, pp. 255-275.

  • ZAMORA PANIAGUA, R. y ORTUÑO PÉREZ, F. (2003): “La economía de la dehesa y el desarrollo rural. La Sierra Morena sevillana”. Observatorio medioambiental, nº 6, pp. 253-275.

  • ZOIDO NARANJO, F. y RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, J. (2015) (Dir.): Catálogo de paisajes de la provincia de Sevilla. Centro de Estudios Paisaje y Territorio, Junta de Andalucía, Sevilla.

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